Niños, corruptos, miedo colectivo,
la Piña de oro y la Catedral.
Luis Fernando Paredes Porras
Los jóvenes hoy en día son unos tiranos.
Contradicen a sus padres, devoran su comida,
y le faltan al respeto a sus maestros.
Sócrates (470 AC-399 AC) Filósofo griego.
Hay mitos casi en torno a todo y la infancia no escapa de ello. Pudimos escuchar y ver acciones la semana pasada y en lo especial el 30 de abril, que son una prueba contundente de un paradigma que no es conveniente para los niños, pero sí para los adultos puesto que nos resulta cómodo; pero para la realidad en la que vive la infancia resulta perjudicial, dado que relaja nuestra responsabilidad. Si seguimos pensando a la infancia de forma “clásica” o “cómoda” les estamos aplicando la ley “Piña de oro”, la cual los habitantes de Loma Bonita, Oaxaca, conocen bien.
La aplicación de la “ley Piña de Oro” es contundente. Me contaron - y al contarlo pues ya suena a chisme, que se sublimizaría si fuera cronista - , que hace unas décadas Loma Bonita recibió la visita de un presidente de la república. Ante tal evento, las autoridades y el pueblo entregaron al visitante, para que tuviera un recuerdo, una piña…de oro. Dicen que el susodicho y los funcionarios que le acompañaban tuvieron un razonamiento muy cercano a lo siguiente: “si me regalan una piña de oro, este pueblo es rico, no necesita nada”…y efectivamente, nada pasó después de su visita. Concluyo lo que ya sabemos: ostentar no es bueno. Por ello me opongo a que sigamos ostentando una infancia plena, feliz, segura, sana y educada que nada necesita, “porque ser niño es vivir en el paraíso de la inocencia y el juego eterno” alimentando el símbolo romántico del “azul y rosa” que nos relaja de nuestra responsabilidad.
Si los niños son felices de forma inherente, lo que tenemos que hacer es darles regalos y fiestas con payasitos el 30 de abril, porque todos los demás días viven las delicias de su inocencia, alejados del rudo mundo que sufrimos los adultos. No, no es así. Algunas ideas para matar este romanticismo irresponsable que mantenemos “los mayores” y que me atrevo a decirlo, también contribuye a corromperles.
• El índice de violencia durante el noviazgo se ha incrementado dramáticamente, al punto que el Instituto Mexicano de la Juventud tiene una línea de acción para prevenir y combatir el fenómeno que se presenta desde los doce años. (http://www.imjuventud.gob.mx/contenidos/programas/encuesta_violencia_2007.pdf)
• México es uno de los países con más niños obesos en el mundo, con un 28 % del total de ellos y un 33% de los adolescentes. Pronto las enfermedades antes atípicas serán una constante en millones de infantes sedentarios. Ya se sabe que es un problema de salud pública que ha llevado a que, pese a los intereses de las compañías refresqueras, para el siguiente ciclo escolar se prohíba vender refrescos en las escuelas públicas del país.
• Existen menos parques y jardines públicos, donde los niños jueguen. Y los pocos que existen, son menos seguros, ya sea por sus condiciones o por la percepción de inseguridad que crece día a día. Aquí resulta ofensiva por grotesca y por sus intenciones y consecuencias, la forma en como los medios de comunicación hemos manejado el fenómeno de la violencia.
• Se ha incrementado el abuso sexual y se conocen un mayor número de casos del pasado.
• A más temprana edad comienza la ingesta de drogas.
• La cantidad y calidad del tiempo de convivencia entre padres e hijos es cada vez menor.
• Los niveles de competencias académicas en todas las asignaturas son deplorables.
• Son más los padres que manifiestan no poder comunicarse con sus hijos con la gradual pérdida del respeto y autoridad.
• Y para profundizar en estos y otros temas de la realidad de la infancia en el país, recomiendo la edición especial de la Jornada No. 26 de septiembre del 2009, “La Infancia en México” donde se abordan los fenómenos de los niños y los servicios médicos; la estética en la infancia; la comida chatarra; el deporte y los niños; niños supervigilados; la televisión y la era de los superniños; niños y publicidad; la falsedad del Teletón; los niños artistas; los juguetes tóxicos; el consumismo infantil; niños trabajadores; infancia en el refugio; prostitución infantil, etc.
Periodismo mediocre e indolente
Cuando los que mandan pierden la vergüenza,
los que obedecen pierden el respeto.
Refrán popular
La base de todas las sociedades grandes y duraderas ha consistido,
no en la mutua voluntad que los hombres se tenían,
sino en el recíproco temor.
Thomas Hobbes (1588-1679) Filósofo y tratadista político inglés.
El Regidor de Protección Ciudadana de Tuxtepec, Carlos Escobar Pacheco, mencionó en entrevista que los innumerables mensajes de balaceras y conatos de violencia creados por los mismos ciudadanos, pueden ser cortinas de humo que sirvan para otros hechos delictivos. Invita a la población a ser más prudentes, actuar con sensatez y cordura ante la información que se presenta por la internet y medios de comunicación sensacionalistas. Comentó que las autoridades municipales están analizando las posibles sanciones administrativas en el caso de los medios que busquen causar pánico entre los pobladores.
Escobar Pacheco acotó que no se debe descartar que dado los tiempos electorales, haya un trasfondo político en la búsqueda de enrarecer el ambiente de la ciudad, por ello los ciudadanos debemos orientar a nuestras familias a fin de no ser presa del temor colectivo. El diálogo en familia es fundamental, concluyó, para que las autoridades sean más eficaces en su labor de protección al pueblo, e instó a denunciar todo abuso.
Durante la entrevista las cifras de violencia intrafamiliar y delitos relacionados con el abuso de alcohol enmarcaban la necesidad de ampliar el programa de prevención de actitudes de riesgo DARE. Al final, la conclusión: seamos responsables de lo que hacemos y permitimos. Esta idea me hizo mirar, al salir del palacio, el edificio de la catedral pronto a derrumbarse para dar lugar “a la Barca”; recordé la frase que de niño memoricé entre juegos y oraciones durante el catecismo: que he pecado mucho de pensamiento, palabra, obra y omisión… por mi culpa, por mi culpa, por mi grande culpa. Ahora de adulto, no creo en el pecado ni mucho menos en la culpabilidad heredada, pero sí en la responsabilidad de los actos que tienen que ver con lo que pensamos, decimos, hacemos y dejamos de hacer.
Nuestra infancia demanda, como nunca antes, que seamos responsables por nuestros pensamientos, palabras obras y omisiones. La celebración del día del niño sin una reflexión seria de lo que enfrentan todos los días, es tan ostentoso como ofrecer una Piña de Oro - en este caso un Niño de Oro- al presente que los devora con nuestra anuencia, quedándole al futuro los despojos de una infancia que pudo ser feliz …y que por supuesto, no podrá saber de qué lado masca la iguana.
las1001voces@gmail.com
Cuando la iguana me mira
parece que me pregunta
y en la interrogante junta
todo lo que en mi delira;
parece que se le estira
su forma de comprender
como queriendo extender
la respuesta a cada cosa,
desde la mata de rosa
en donde viene a comer
"No es grande quien transforma el estado de la materia, sino quien transforma el estado de la mente" Gabino Barreda
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