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Alimentando las raíces de los pueblos

jueves, 27 de noviembre de 2008

Broma macabra

Luis Fernando Paredes Porras

La situación de la calidad de la educación en nuestro país no es motivo de orgullo, al menos no debe ser para una institución educativa o persona que se dedica profesionalmente a educar, capacitar o instruir. El que seamos No Competentes para la comprensión lectora en una probabilidad mayor al 50% es para ponerse a pensar, y actuar.



El anuncio televisivo donde una fundación llama a la acción para mejorar la realidad de que más de la mitad de los jóvenes mexicanos que saben leer y escribir No comprenden lo que leen, nos puede servir para reflexionar de golpe en que la mitad del número de nuestros familiares, es probable que no comprendan lo que leen, así como la mitad del número de nuestros amigos, conocidos, compañeros de trabajo, alumnos, clientes, proveedores de servicios, servidores públicos, etc. Obviamente no se refiere a la no comprensión de textos técnicos o especializados, no, se refiere a textos que cualquier hijo de vecina, por el hecho de haber terminando su educación básica debe comprender. Situación nada agradable por donde quiera que se le vea.


Conozco un grupo de niños de sexto año de primaria que han decidido enseñar a leer y escribir a adultos. La noticia me llenó de alegría por las experiencias que obtendrán ante tal reto y la enorme satisfacción que trascenderá al darse cuenta del impacto que tiene para un ser humano, saber lo que dicen las letras que ha visto en todos lados y que, sin lugar a dudas, la ignorancia de no saber leer, le habrán dificultado la existencia en determinado momento. Contribuir a que las personas incrementen su calidad de vida por saber leer es loable, justo y necesario; el que lo hagan niños es, desde mi perspectiva, motivo de doble alegría. Saber que en el papel, el anuncio, la pared, la pantalla dice “alto, peligro, curva, deténgase, aquí, no agite, un nombre, un número de teléfono, una dirección, una fecha, etc.” por supuesto que mejora la calidad de vida de cualquier persona, luego, si comienza a conocer lo que otras personas piensan, hacen, dicen o sienten por medio la lectura, pueden pasar cosas mejores (¿o peores? ¿depende lo que lea?). Existen numerosos casos de personas que han tenido un desarrollo humano a través de lo que lo leen aunque no hayan tenido estudios formales; aunque bien cabe aclarar que dicho desarrollo es debido a que leen y comprenden lo que leen. No basta pues saber leer, en un mundo con cantidades enormes de información cambiante de todo tipo circulando en los contextos de nuestras vidas, el saber comprender lo que se lee es motivo incluso de sobreviviencia.



¿Suena exagerado?, imagine usted el caso de una persona en estado de salud grave, dependiendo del adecuado funcionamiento de un aparato el cual hay que instalar usando para ello el instructivo, o el correcto entendimiento de la receta médica o del diagnóstico. O aquella persona accidentada por no comprender los elementos preventivos señalados en textos que buscaban precisamente eso, evitar el accidente. O personas despojadas de sus bienes materiales por no haber comprendido un documento, problemas legales que no vienen solos; sin considerar la deprivación cultural a la que está sujeto el individuo que no comprende lo que lee.


Las campañas como aquella que anuncia la realidad que más de la mitad de nuestros jóvenes no entienden lo que leen, (por lo tanto se puede suponer que no lo comprenden y no lo aplican), son oportunidad de estar conscientes y emprender acciones.


Dicen las lenguas (ese instrumento de dos filos) que cierta ocasión un sujeto se presentó ante el ministerio público a denunciar a un asno que le había dado una coz y se negaba a caminar (el asno, no el denunciante). El agente ministerial frunció el entrecejo y dijo con esa voz que la embestidura de los justos provoca: “ciudadano X, vaya y lea usted un poco de las fábulas de Esopo ( asumiendo que comprendería lo que leyera y que el agente ministerial lo hizo previamente) y si lleva el gusto, un poco de los diálogos de Platón; lea con calma, coméntelo con su familia, con la almohada y luego reflexione: ¿cual es la naturaleza del burro?, ¿es acaso justo demandar al burro porque le ha propinado una coz y se ha negado, como todo asno que se digne de serlo, a caminar en cuanto usted se lo ha pedido? . El demandante acudió a una biblioteca pública ( que por cierto sólo había entrado en dos ocasiones por visitas escolares guiadas), le facilitaron los libros, leyó “la zorra y las uvas” y la introducción de los Diálogos de Platón, salió contento y seguro del poder que la lectura le había dado.



Se posó frente al burro insurrecto y, después de mirarlo con aire de suficiencia, arremetió a palos para vengarse de la coz recibida y obligar al animal a caminar hacia dónde él pretendía. ¿Culpa de las lecturas?. No, cada quien comprende lo que quiere comprender, le conviene…o puede.



Una persona que no comprende lo que lee, evitará leer, pues no comprender es angustiante y la posibilidad de tener que hablar de algo que no se comprende lo es más, como es el caso de los estudiantes. Su experiencia de vida les dice que se puede vivir siendo un analfabeta funcional, pero ¡que necesidad que se demuestre públicamente!; total si hemos conquistado grados académicos es deber del ego defender la causa…¡leer no ayuda, cansa y es angustiante!, ¡no leamos!. Esta postura lamentable encuentra adeptos entre nuestros jóvenes estudiantes en milésimas de segundo haciéndoles adoptar posturas realmente temerarias y desdichadas.

El que un universitario no comprenda lo que lee (dejemos por un instante el que no se lea lo suficiente ni lo necesario de acuerdo a cada profesión), es como jugar con un revolver a la ruleta rusa. Presumiblemente además , el mismo sistema educativo que provocó esta situación está propiciando que niños no comprendan lo que leen, es decir, en este instante que usted me lee (espero estar dándome a entender y sin afán de ofender, usted esté dentro de la estadística que comprende un texto), más de la mitad de nuestros niños escolarizados están aprendiendo a no comprender lo que leen; súmele a ello los adultos jóvenes que crecieron sin esta competencia y que finalmente poco a poco van tomando posesión de cargos importantes para el país (comenzando con la orientación de sus jóvenes familias – cualquiera que sea el tipo de familia que formen-). Piense en todas las consecuencias de que un adulto no comprenda lo que lee, consecuencias para él mismo, para usted, si llega a tener relación alguna con él y para el país, o sea no hay forma de libramos, “de todos modos Juan te llamas”. Esto es una broma macabra.





"No es grande quien transforma el estado de la materia, sino quien transforma el estado de la mente"
Gabino Barreda

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¡Comprometidos con la infancia!

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Comprometidos con la Infancia

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Aprendizaje Vicario

Somos el Colectivo a Favor de la Infancia


“Lo peor que le puede suceder al ser humano
es que llegue a pensar mal de sí mismo”
Goethe.

El Colectivo a Favor de la Infancia, COFI:
_________________________________________________________________

Es la respuesta de un grupo de profesionales de la educación a la necesidad de una sociedad más justa, en donde sus integrantes sean competentes para tomar decisiones que faciliten la conformación y convivencia de familias más seguras y felices; fomentando en sus integrantes, el desarrollo de las competencias para el pensamiento complejo: crítico, creativo y ético.

Nuestra metodología se basa en la intención educativa que le damos a las artes, al fomento de las competencias para la expresión escrita y hablada y al desarrollo de las inteligencias múltiples desde los enfoques de los derechos de la infancia y el constructivismo.

Guiamos nuestro quehacer por 5 líneas de acción:

1) el trabajo con niñ@s,
2) con maestros;
3) con padres de familia;
4) con la comunidad y
5) la investigación.



Las ciudades en donde tenemos presencia son:

Puebla, Puebla.
Tehuacán, Puebla.
Tuxtepec, Oaxaca.
Orizaba, Veracruz.
Tlaxcala, Tlaxcala.
Distrito Federal


Objetivo y lógica del Colectivo:
_________________________________________________________________

Trabajar para favorecer en todo momento y bajo cualquier circunstancia, la autoestima positiva de la infancia, a fin de empoderarla.
Trabajar con las familias en el fomento de relaciones sanas entre sus integrantes y en la valoración de la cultura de origen.
Fortalecer las competencias de maestros y adultos responsables de la educación e instrucción de la infancia.
Favorecer espacios de recreación familiar fomentando las manifestaciones artísticas y el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación.
Realizar investigación en torno a los puntos anteriores.

El mayor obstáculo para los logros y el éxito no es precisamente la falta de talento o debilidad, sino la falta de confianza en sí mismo, que es originada por la ausencia de una auto valoración positiva del autoconcepto.

La barrera más grande para el amor y la felicidad, es el temor oculto de no sentirse digno de ser amado y ser feliz. El mayor impedimento para la felicidad y el amor es no sentirse merecedores de dichas experiencias. En ello reside la importancia y la necesidad de educar para fortalecer la autoestima, ya que cuando se desarrolla de manera adecuada actúa como “el sistema inmunológico” de la conciencia, pues brinda fuerza, resistencia y capacidad de regeneración al individuo. La posibilidad de auto valorarnos ( positiva o negativamente) es consecuencia de dos hechos básicos relacionados con nuestra especie:

1.- Deviene de nuestra capacidad de pensar, de la cual dependen la superviviencia y el dominio que tengamos del ambiente.
2.- También tiene su raíz en la necesidad de dar un uso correcto a la conciencia (estado de ser consciente, de pensar sobre cierto aspecto de la realidad); esto es, saber elegir adecuadamente asumiendo la responsabilidad por los efectos de nuestras elecciones.

Cómo nos sentimos respecto a nosotros mismos (lo que pensamos de nosotros y el valor que le damos a esos pensamientos y sentimientos) afecta, desde un enfoque de sistemas, directa y decisivamente a todas las esferas de nuestra vida, reflejándose en la manera en que experimentamos nuestra realidad y en la forma en que nos comportamos con los demás pero, sobre todo, con nosotros mismos.

El derecho a la experiencia de sentirse bien consigo mismo es potestad del niño y del adulto; por su naturaleza es intransferible y por su impacto, es de vital importancia para la construcción de relaciones sociales sanas. Aseguramos que, si se trabaja a favor de que los individuos que conforman una familia posean un autoconcepto positivo, es para que sepan, quieran y puedan establecer relaciones sanas entre ellos, y se facilite la experiencia de amar, ser amados y la felicidad; de esta manera, siendo la familia la célula de la sociedad, se contribuye al establecimiento de un tejido social sano, que de cabida a la paz necesaria para la vivencia de una democracia en la que todos participen.

Por lo tanto infancia, reconocemos el deber social de favorecer al desarrollo de las competencias necesarias para la construcción de un autoconcepto positivo, no sólo en la infancia, sino en los adultos que han crecido sin ello. Pensar sobre uno mismo es la actividad que permite la construcción de nuestra autoestima, de ahí que existe una relación directamente proporcional entre el desarrollo de las competencias para el pensamiento de alto nivel: crítico, creativo y ético y la conformación de la autoestima positiva. A mayor pensamiento de alto nivel, mayor autoestima positiva.


Al desarrollarse el Pensamiento de Alto Nivel o Pensamiento Complejo

Se incrementa la Autoestima Positiva

Se incrementan y mejoran las Relaciones Familiares

Se incrementa la percepción de la experiencia del amor y la felicidad

Favoreciendo un tejido social sano.



“Lo mejor que le puede suceder al ser humano
es que llegue a pensar bien de sí mismo”.
COFI.